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sábado, 15 de noviembre de 2014

Vivir sin Parar: correr hasta alcanzar un sueño

Imagen de la película Vivir sin Parar
Cartel de la película Vivir sin Parar
El próximo 14 de noviembre llega a los cines españoles la película Vivir sin Parar. El film, de nacionalidad alemana, cuenta la historia de Paul Averhoff, un antiguo corredor de maratón que, décadas después, en la tercera edad, retoma su afición por las zapatillas para huir de la triste y angustiante realidad que le rodea. El deporte como terapia. Correr y sentir la libertad. Luchar para alcanzar un sueño, y no rendirse nunca. Esos son los temas fundamentales de una película que ha tocado ya los corazones de los alemanes y llega a España para intentar conseguir el mismo efecto. Y tiene muchas posibilidades de conseguirlo.


Paul Averhoff hace años que cumplió los 70. Su vida se ha convertido en monótona y oscura. Vive con su esposa, Margot, en una residencia de ancianos. Pero en su cabeza aún resuenan los ecos de sus logros deportivos, como la medalla de oro que consiguió en los Juegos Olímpicos de Melbourne, en 1956. Y es que Paul, aunque pocos lo saben ahora, fue una leyenda del maratón en su país, Alemania.

Sus días en la residencia se le atragantan y se resiste a ser un anciano más cuya mayor emoción diaria es cantar en el coro de la institución o realizar trabajos manuales. Un día, Paul decide dar un giro a su vida y empieza a correr de nuevo. Y se marca un reto, un sueño: participar en la Maratón de Berlín.

"Un hombre que quiere volver a demostrar lo que vale y que no quiere dejarse hundir". Esa era la principal premisa de Vivir sin Parar, y lo que convenció al productor de la película, Boris Schönfelder, de que tenía que desarrollar el proyecto. “Paul Averhoff no se rinde nunca, aunque choca contra muchos obstáculos y sufre una dolorosa pérdida. En el fondo es un héroe derrotado, y eso es un regalo para todos los que hacemos películas", asegura Schönfelder. "Y que luego todo tuviera que ver también con la maratón es lo que dio el último empuje a mi decisión ya que mí me encanta el deporte y ya había producido un drama deportivo anteriormente".

El guión y la producción de la película se fueron desarrollando durante años. El proyecto llegó a Schönfelder de la mano del director de la película, Kilian Riedhof, con quien trabajó para ir dando forma a la historia. "Vivir sin Parar no habla tanto de la lucha de un hombre mayor contra un sistema, más bien de su lucha consigo mismo, de seguir su camino".

El actor principal

Luego llegó el momento de buscar al actor protagonista. Desde el principio pensaron en el famoso cómico Dieter Hallervorden. La primera vez que le hablaron del proyecto, años antes de que se rodara la película, aún no era lo suficientemente mayor para el papel. Pero querían contar con él. Cuando comenzó el rodaje, Hallervorden tenía 77 años, y era el actor perfecto para interpretar a Averhoff.

"Estaba en forma y quería hacer la película. Era importante que para Vivir sin Parar tuviéramos al actor, no al cómico", recuerda el productor del film.

Uno de los momentos de la película que más disfrutan los corredores en general, pero sobre todo los maratonianos, es el de la participación del protagonista en la Maratón de Berlín, una de las más importantes del mundo. Y el rodaje de estas escenas supuso un reto maratoniano en sí mismo.

El rodaje, como se recoge en las notas de producción de Vivir sin Parar, se realizó en la propia Maratón enseptiembre de 2012, con alrededor de 40.000 corredores. Después de llegar a un acuerdo con la organización de la carrera, se fijaron tres tramos del recorrido para filmar el paso del actor Dieter Hallevorden. Al principio fue más complicado, debido a la gran aglomeración de corredores. Pero en los siguientes puntos, con el pelotón más "estirado" el trabajo de filmación fue menos complicado. También se grabaron las reacciones del público a ambos lados de la calle y las bandas de música que animaban en el recorrido.

Otro de los retos de es filmación era evitar que la gente reconociera al actor, debido a su popularidad en Alemania. Y que trataran de ponerse junto a él para salir en las imágenes, saludarle y perjudicar el rodaje. Pero el cómico no corrió la maratón entera, sólo a ratos. Eso sí, desde que empezó a correr para preparar el papel, no ha dejado de hacerlo. Así que Dieter Hallervorden ejemplifica de la mejor manera posible el mensaje deportivo que quiere transmitir la película. Él mismo nos lo cuenta.
La película cuenta la historia de un septuagenario que decide volver a correr
ENTREVISTA a Dieter Hallervorden, actor protagonista de Vivir sin Parar

¿Qué le convenció de Vivir sin Parar? 

Mi lema ha sido siempre levantarme al menos una vez más de las que me caigo. Soy un luchador nato. El papel que interpreto en Vivir sin Parar se corresponde con mi filosofía de vida. Por eso acepté esta película sin pensármelo dos veces. Además, el guión me ha gustado extraordinariamente. Se ha hecho realmente con amor hacia el detalle y con mucho corazón.

¿Cómo se ha preparado para el rodaje?

He cambiado durante meses toda mi alimentación y he perdido nueve kilos, he renunciado al alcohol y he ido tres veces a la semana a un gimnasio y, naturalmente, he corrido cada día, incluyendo programas de intervalos. Así que me he preparado con intensidad. Pero eso se debe también a que soy una persona de compromiso. No sólo quería demostrarme a mí mismo que podía hacerlo a mi edad. También sentía un gran compromiso hacia el equipo, el director y el productor y quería ser capaz de enfrentarme con éxito a los retos físicos.

¿Ha corrido alguna vez una maratón?

No. Pero he jugado mucho al tenis y practico vela y surf. Además, mi hijo tiene ahora 14 años, así que siempre tengo acción en casa. Fue mi mejor entrenador en los últimos años. ¡Nada de poner las piernas en alto y ver la tele!

Pero al menos ha corrido parte de la maratón de Berlín durante el rodaje de Vivir sin Parar ¿Qué sensación tuvo? ¿Cómo lo vivió? 

Lo más difícil fue evitar que los otros corredores me reconocieran como Dieter Hallervorden. Incluso más difícil todavía fue hacer que los espectadores que se encontraban en los lados del recorrido no saludaran a la cámara. Y después de todo eso, también era importante mantener la velocidad y el buen humor. Ha habido días de rodaje más sencillos.

Si me permite, usted ya está en una edad, en la que podría vivir con más tranquilidad. ¿De dónde saca esa energía? 

No puedo entender a todas esas personas de mi edad, y mucho menos a los más jóvenes, que se alegran por jubilarse. Yo prefiero la actividad. Bueno, también tengo una profesión que ha surgido de una pasión y que para mí no es tanto un trabajo, más bien una diversión. No estoy seguro de si hubiera llegado a esta edad, si no pudiera seguir ejerciendo esta profesión. Naturalmente tendré en cuenta que ya sólo subiré a un escenario o me pondré delante de una cámara si puedo moverme yo sólo hasta ahí y, si la gente quiere seguir viéndome. Mientras eso siga así, yo seguiré en activo.

¿Qué le ha aportado su trabajo en Vivir sin Parar?

He conocido a muchos compañeros nuevos, también más jóvenes, por ejemplo a Heike Makatsch, que interpreta a mi hija. Fue una colaboración muy agradable. Y es sorprendente ver cómo, a veces, por motivos profesionales uno se ve obligado a vivir mejor. A mi edad [el actor Dieter Hallervorden tenía 77 años cuando rodó la película] ya he sacado un provecho de Vivir sin Parar ya que he mantenido bastantes partes de mi programa de entrenamiento. Sigo corriendo todos los días. Muchos no empiezan a apreciar su salud hasta que ya casi la han perdido. Pero uno debería alegrarse cada día por poder moverse libremente.

¿Tuvo en su vida un éxito que se pudiera comparar con el triunfo de Paul Averhoff?

Cuando era un desconocido fundé, con 25 años, el cabaret Die Wühlmäuse. Y ya hace de eso más de 50 años, a pesar de los tiempos que corren. Y todo sin subvenciones. Cuando celebramos el 50 aniversario – que casualmente coincidía con mi 75 cumpleaños – tenía una sensación muy parecida a la de Paul Averhoff en el estadio olímpico. Además, con 74 he vuelto a abrir el Schlossparktheater. Como verás, todavía puedo dar alguna sorpresa.

¿Hay algo que quiera conseguir todavía – quizás ganar una maratón o subir a una cumbre?

Sinceramente, ya tengo bastante con lo que cargo voluntariamente sobre mis hombros. Dirigir un teatro, hacer el programa, ponerlo en escena y estar yo mismo en el escenario, por el momento es suficiente para mí. He viajado mucho por el mundo y he visto muchas cosas. Mi gran sueño lo cumplí con 54 años: una isla propia, en mi exilio voluntario en Francia. Pero si se me pone a tiro un nuevo reto – pues bienvenido sea. Seguramente lo aceptaría.
Otro de los momentos de la película Vivir sin Parar
ENTREVISTA a Kilian Riedhof, director de Vivir sin Parar

¿Cómo surgió la idea para Vivir sin Parar?

Hace muchos años leí en la prensa sobre un hombre mayor con riesgo de caer en depresiones. Su mujer le puso las pilas diciéndole: ¡O corres o te abandono! Y el hombre corrió una maratón. Es verdad, que durante el proceso de desarrollo del guión hemos cambiado la historia mucho y le hemos dado otro empaque, pero la cuestión fundamental que surgía desde el inicio se ha mantenido. ¿Cómo manejo el hecho de que las cosas pasan y llego al final? ¿Me abandono y capitulo o lucho por mí y por mi dignidad? Para mí se trata de un gran tema sentimental. No sólo desde el momento en el que uno envejece, sino mucho antes, en muchas situaciones de la vida.

¿Por qué han tardado tanto desde el guión hasta la producción? 

Las cosas que no se han superado interiormente, no se pueden escribir hasta el final. Vivir si Parar fue para mí y para mi coautor Marc Blöbaum un acto de fuerza interior. Eso requiere su tiempo – algunas veces, incluso, 11 años. Hubo muchos momentos en los que quería enterrar la historia, porque ya no sabía cómo seguir. Pero entonces empezaron a hablarme los personajes de la película y me convencieron: Espera hombre, no nos puedes dejar en el olvido. ¿Qué va a ser de nosotros? Así que me pasó cómo a Paul. No rendirse jamás. Hay que seguir. Siempre hay que seguir. Y al final está la victoria.

En Vivir si Parar se vuelve a ver, por fin, otra vez a Dieter Hallervorden en un gran papel protagonista. ¿Habían previsto este papel desde el principio para él? 

Cuando empezamos en 2001 con el desarrollo del proyecto, Dieter era todavía demasiado joven para el papel. Pero hace cinco o seis años, ya alcanzó la edad adecuada. Nos encantaba la idea del cómico Dieter Hallervorden en un papel serio. Eso encajaba perfectamente con el personaje de Paul, que – a pesar de todo su espíritu deportivo – dejaba vislumbrar una travesura casi infantil y anárquica. Además, Dieter Hallervorden es una leyenda de la industria del entretenimiento en Alemania, al igual que Paul Averhoff es una leyenda del deporte. Esta mezcla tiene una magia muy especial. Eso lo vimos cuando rodábamos durante la maratón de Berlín y las personas reconocían a Dieter. Ahí se percibía mucho cariño.

¿Entonces no eran extras, no fue una puesta en escena? 

No. En ese día de rodaje se mezclaron maravillosamente la realidad y la ficción. Un héroe popular interpreta a otro héroe popular. Los aplausos, las miradas admiradas eran para Dieter, pero también para Paul. Esa es una de las muchas cualidades de Dieter Hallervorden, junto a sus cualidades interpretativas. Sigue teniendo un magnetismo hacia el público. Tiene un aura de estrella y sólo con su personalidad atrae a la gente. No hay muchos actores así en Alemania.

¿Cómo fue la colaboración con Dieter Hallervorden? ¿Ha improvisado alguna vez e introducido sus propias ideas? ¿O siguió estrictamente el guión? 

Ha seguido estrictamente el texto, porque el guión le gustó mucho. Él ha hecho eso que distingue a los buenos actores, encontrar e inventar espacios interiores en el material para dar a Paul una vida real. Para el equipo fue una experiencia emocionante ver con qué radicalidad lo hacía, de todo corazón, sin ningún tipo de freno. Con Vivir sin Parar, Dieter Hallervorden se liberará definitivamente de su imagen de Didi. Sus fans se alegrarán de volver a verle y sus críticos (los pocos que tiene) estarán muy sorprendidos.


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