Tras la suspensión de la misma por coincidir con la BTT de Albacete y el cambio de lugar para su desarrollo, por fin se ha disputado esta bonita carrera benéfica.

Nuestro glorioso Club ha estado representado a falta de otros datos que me proporcionen los compañeros/as por Jose María dorsal 2038, Ariadna dorsal 3013 y Marta 3038. Quedando estas dos últimas en los puestos tercero y segundo respectivamente de la categoría Menores de 18 años.

Es por ello que el futuro de este club es muy prometedor con los jóvenes que vienen apuntando maneras. Si ya el pasado año Ismael nos deleitaba con sus tiempos, este año se suman estas dos jóvenes que esperemos que en cuanto puedan por motivos de edad nos proporcionen también alegrías en las categorías femeninas.

Esta carrera que ha conseguido reunir a cerca de 1.000 corredores y corredoras y en la que el uso de la mascarilla ha sido obligatorio en su XIII edición y cuyos beneficios se destinarán para seguir ofreciendo más y mejores servicios de calidad a las personas afectadas de cáncer de mama y ginecológico en el territorio albacetense se ha desarrollado en un ambiente navideño y cálido, pese al frío de la mañana, la responsable provincial ha manifestado el orgullo que supone para la Diputación formar parte de esta prueba, “una carrera arraigada en el corazón de los albaceteños y albaceteñas”, y ha reiterado el apoyo de la institución que encabeza Santi Cabañero a cada acción que emprende AMAC, siempre al lado de las mujeres que sufren esta enfermedad y de sus familias, al tiempo que ha puesto en valor el esfuerzo que esta asociación viene realizando en un momento especialmente complicado a causa de la pandemia.

Así, esta actividad, que recuerda a la figura de la que fuera la presidenta fundacional de AMAC (y que da nombre a la prueba), tiene como objetivo visibilizar esta enfermedad, “para que no olvidemos que la prevención y la investigación son vitales”, como ha apuntado la diputada de Servicios Sociales, y, al mismo tiempo, promover hábitos de vida saludables entre la población, como lo es la práctica de ejercicio físico, que sin duda influye positivamente en la mejoría y recuperación diaria de las personas que sufren un cáncer, ya que les ayuda a estar más fuertes y a sobrellevar los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos.

Tras el recorrido, unos 4,5 kilómetros aproximadamente en torno al Parque Lineal de Albacete y muy cerca de donde está ubicado el mural en honor a María José Merlos, los corredores y las corredoras han ido cruzando la meta con una sonrisa, despreocupados de quién había obtenido la victoria, porque este domingo en esta carrera lo único importante era participar.

¿Quién fue María José Merlos?.

Luchó contra el cáncer y perdió, pero no sin antes sentar las bases para que otras mujeres contaran con más armas para ganar. La albaceteña María José Merlos Galián puso su energía y personalidad arrolladoras al servicio de Amac, la asociación de mujeres afectadas de cáncer de mama y ginecológico que fundó en el año 2000. A la espera de que Albacete la recuerde con una calle, quienes la conocieron se niegan a que su labor quede en el olvido.

Albacete le debe a Merlos, entre otros logros fundamentales, la Unidad de Mama. Y es que supo mover los hilos políticos sin identificarse pero sin dejar de reivindicar lo que creía justo. Amigas, como Lola López Mengual, la describen como «una mujer adelantada a su tiempo que tuvo las ganas y la capacidad para cambiar las cosas». Licenciada en Geografía e Historia, era lo que hoy llamamos «emprendedora». Fundó la librería Tesis, con exposiciones y tertulias, un modelo de negocio nuevo en Albacete.

María José no era ajena a la enfermedad. A los 14 años le diagnosticaron artritis reumatoide y le pronosticaron que acabaría en una silla de ruedas, final al que, gracias a su tesón y el de los médicos, nunca llegó. A los 18, perdió a su madre por un cáncer y, a los 40 años, le tocó a ella.

Después de la quimioterapia, cuando María José Merlos se recuperó de la primera embestida del cáncer de mama, decidió que tenía que cambiar las cosas para que nadie más pasara por lo que ella había tenido que sufrir, el desconcierto, las esperas o la frialdad y falta de comodidad. Vio detalles fáciles de solventar y graves carencias.

Fue entonces cuando decidió entrar en la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Formó parte de la junta directiva. Sin embargo, López Mengual cree que fue allí donde Merlos vio que una asociación tan grande, que abarca tanto, no era la herramienta que ella buscaba para que las administraciones pusieran a las mujeres en el punto de mira.

Líder

«Entusiasmaba, arrastraba, tenía capacidad de liderazgo». Y estas cualidades que recuerda ahora su círculo más próximo las trasladó a Amac, asociación que fundó en el año 2000. Citó a un grupo de amigas en su casa y les pidió ayuda para cambiar el trato que daba la sanidad a la mujeres afectadas de cáncer. En aquel grupo no había enfermas, pero no les importó embarcarse en lo que les proponía su amiga. Movilizaron todo lo que estaba en su mano; recorrieron los pueblos con sus coches particulares; impartieron charlas; organizaron jornadas con investigadores y oncólogos de primera fila y reivindicaron como aún hoy siguen haciendo.

El adiós, en 2008

María José murió una década después del diagnóstico, en el año 2008. Todos los años se celebra una carrera que lleva su nombre y desde hace ocho está esperando una calle que el Ayuntamiento en pleno aprobó por unanimidad.