Un ciclista de 64 años ha muerto atropellado por un coche mientras circulaba por la carretera en dirección a la autovía A-30, saliendo de Chinchilla de Montearagón, en Albacete.
El suceso ha ocurrido a las 16.15 horas de esta tarde y el ciclista ha fallecido en el acto, como han informado los servicios de Urgencias y emergencias del 112 a encastillalamancha.es.
El accidente se ha producido a tres kilómetros del acceso a la población
Un ciclista de 64 años ha perdido la vida este lunes tras ser atropellado por un vehículo en una carretera de acceso a la localidad albaceteña de Chinchilla de Montearagón, a unos tres kilómetros del municipio.
Según han informado a Europa Press fuentes del Servicio de Atención y Coordinación a Urgencias y Emergencias 112 de castilla-La Mancha, los hechos han tenido lugar sobre las 16.15 horas.
Al lugar se ha desplazado la Guardia Civil, la Policía Local, un médico de Urgencias y una UVI.
Buenos días he querido hacer constar estas noticias recopiladas de dos periódicos digitales en nuestro blog para dar un toque de atención y para que no quede en una simple muerte más de un ciclista. Lo cierto es que no hay nada más que poner atropello ciclista en google y te ponen los pelos de punta lo que el buscador te enseña.
Es una pena que todo al final se limite a estadísticas y no se les ponga rostro y nombre a los implicados. En esta ocasión lo he mencionado debido a que por motivos profesionales me ha llegado información y le he puesto rostro a este ciclista. Vaya por delante mi más sentido pésame y condolencias desde mi persona y desde este Club para su familia.
Lo cierto es que esta noticia es algo que como ya he dicho quedaría en el olvido debido a la capacidad de resilencia que tiene el ser humano sino fuese por que como en mi caso se le pone rostro a esa persona fallecida.
No entrare en valorar si la culpa es de uno o de otro, lo único que digo es que detrás de una muerte hay siempre un gran trauma. Familias que pierden a un ser querido, hijos/as que pierden a un padre o madre, nietos/as que no verán más a su abuelo/a, amigos que no pudieron tomarse la última ronda. En definitiva una tragedia difícil de superar pues no puedes despedirte de alguien al que no sabes que no volverás a ver, cuando sale esa mañana para hacer algo que le distrae del día a día y que le aporta salud.
Lo cierto es que tanto ciclistas como conductores de vehículos a motor tengamos empatía con todos, los unos con los otros. Y dejemos de buscar situaciones traumáticas provocadas a veces por nuestras cabezonerías.
Que el sentido común sea ante todo lo que prime a la hora de circular unos y otros independientemente de lo que la Ley o el Reglamente General de Circulación nos indiquen. Siempre hay un equilibrio y la parte más débil no debe ser siempre la que sufra la peor parte ni la más fuerte la que salga culpable. Busquemos esa empatía y que entre la numerosa causística que existe en las vías públicas exista también un entendimiento mutuo.
Esperemos que todo mejore. Confió que sí.
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